Responsive Menu
Seleccionar página

Si necesitas una prueba de que las cosas buenas les ocurren a las buenas personas, basta con mirar a un rincón tranquilo de Vermont. Allí, Sarah y Mark Thompson, una pareja de jubilados muy querida en su comunidad, se convirtieron en los protagonistas del mes de junio de 2025 cuando ganaron nada menos que 50 millones de dólares en Powerball.

Sarah y Mark siempre fueron conocidos por su amabilidad y entrega a los demás. Vivían con sencillez y humildad. Durante más de 30 años jugaron siempre los mismos números —fechas de cumpleaños, su aniversario de bodas y el número 12 en honor a la madre de Mark—, y el 15 de junio, finalmente, esos números cambiaron sus vidas.

“No lo podíamos creer,” dijo Sarah entre risas en una conferencia de prensa. “Mark pensó que tenía que cambiarse los lentes. ¡Después de comprobarlo cinco veces, los dos empezamos a llorar… de alegría, claro!”

50 MILLONES EN LA CUENTA

Ganadores del Powerball 50 millones

En lugar de comprar mansiones o jets privados, los Thompson se mantuvieron fieles a sus valores. Lo primero en su lista fue pensar en cómo ayudar a los demás. Decidieron seguir viviendo en su modesta casa y planificar cuidadosamente cómo utilizar el premio. Después de pagar impuestos, les quedaron aproximadamente 30 millones de dólares, que invirtieron de forma inteligente y solidaria.

¿Su primer gran paso? Donaron 2 millones para renovar el centro comunitario local, un espacio vital tanto para jóvenes como para mayores. También financiaron nuevo equipamiento para los bomberos voluntarios y la digitalización de la biblioteca municipal.

Pero su mayor contribución fue a la educación. Establecieron el “Fondo de Becas Thompson”, un programa dotado con 10 millones de dólares destinado a ayudar a estudiantes locales a pagar la universidad. “Siempre hemos creído en el poder de la educación,” dijo Sarah, ex profesora. “Ahora realmente podemos marcar la diferencia.”

SE MANTIENEN HUMILDES

Los vecinos no se sorprenden de su generosidad. Sarah y Mark siempre han sido personas bondadosas, incluso antes de ganar. Organizaron campañas de ropa, ayudaron a reparar casas y entregaban comidas a personas mayores. “Ya eran héroes de nuestra comunidad,” dijo la alcaldesa Linda Grayson. “Ahora simplemente tienen los recursos para hacer aún más.”

Pese a su fortuna, los Thompson siguen siendo increíblemente humildes. Aún se les puede ver en su vieja camioneta, en el supermercado local o jugando al bingo los viernes por la noche. Según ellos, el dinero no los cambió —simplemente les dio la posibilidad de vivir su propósito: ayudar a los demás.

Cuando se les preguntó si tenían planes lujosos, Mark sonrió: “Tal vez por fin hagamos ese crucero —¡nunca hemos ido! Pero sinceramente, somos felices en casa, con nuestra gente y haciendo lo que amamos.”

Su historia es un testimonio del poder de la generosidad y la bondad. Para este pequeño pueblo de Vermont, la victoria de los Thompson no solo trajo dinero, sino esperanza, inspiración y un verdadero legado.